Nos encontramos en el Valle de Bujaruelo, un lugar espectacular del pirineo, centro neurálgico de multitud de actividades de aventura y como no, un enclave espectacular, donde se concentran algunos de los descensos de barrancos más impresionantes de Aragón.

Una de las características principales de este descenso, es el carácter acuático del mismo, lo que hace que se precise de gran experiencia y conocimientos de aguas vivas para poder afrontar la actividad con seguridad, de hecho, según la temporada, su descenso se limita a un espacio corto, de tiempo cuando el estiaje llega a su máxima expresión.

Es un descenso muy apreciado por los kayakistas en primavera cuando su caudal hace inviable su práctica a nivel barranquista, pero cuando el estiaje se agudiza y los caudales bajan a su mínima expresión llega el momento en el que podemos disfrutar de este recorrido de aguas cristalinas y bastante frías.

Alcanzamos el comienzo del barranco tras unos 45´de aproximación a pie desde San Nicolás de Bujaruelo por una pista que va remontando el rio Ara y que sin ningún tipo de dificultad tras pasar el final del barranco del salto del Pich nos deja preparados para vestirnos y comenzar la aventura.

Es importante mencionar que incluso al final del verano cuando el caudal llega a sus registros mínimos, este es un barranco en el que el agua no deja de empujar en todo momento y es necesario estar familiarizado con este tipo de descensos, pues su compromiso es alto, e incluso encontraremos algunos saltos obligatorios que nos ayudaran ha evitar la recepción de algunos rápeles que nos depositarían en movimientos de agua nada recomendables, por ello se trata un barranco para gente con experiencia y que les guste mucho saltar.

El descenso dependiendo de la agilidad con la que progresemos y el agua que podamos encontrar nos llevará entre 3 y 4h en las que disfrutaremos de un lugar salvaje.

Comenzamos con un salto de 8 metros tras el cual ya no hay vuelta a tras, desde aquí encontraremos varios saltos, alguno espectacular como el de la zona del dado, pasillos encajonados, zonas en las que nos dejaremos arrastrar por la corriente y algún tobogán donde sentiremos la fuerza del agua en nuestro cuerpo.

Manteniéndonos siempre vivos y en movimiento para mantenernos calientes, iremos poco a poco progresando y disfrutando hasta llegar al final de nuestro descenso en el puente de Oncins, por el que pasamos anteriormente en la aproximación.

Desde aquí, apenas 20´de retorno al coche, donde en el Refugio de Bujaruelo podremos celebrar la magnifica actividad que acabamos de realizar y reponer fuerzas con una mítica hamburguesa del valle: la HAMBURGUERUELO!!!!!!!