Torrent Fondo de Mortitx
El barranco de Mortitx se encuentra situado al noroeste de la isla de Mallorca en plena Sierra de la Tramuntana. Las características peculiares de esta zona, junto a la intervención del hombre, han creado un ecosistema particular: paisajes formados por cultivos en terrazas combinados con singulares sistemas de regadío. A esto se le unen abruptas laderas, dando como resultado un paisaje cultural único que llevó a la Unesco a declarar a la sierra como Paisaje Cultural en 2011.
Para poder acceder al barranco, tenemos que coger como referencia la carretera Ma-10. Si conducimos desde Pollença, antes de llegar al kilómetro 11 de la carretera, encontraremos a nuestra derecha el acceso al viñedo de Mortitx. En este lugar dejaremos nuestro coche y cogeremos todo nuestro material para poder acceder al barranco. Accederemos por una pista atravesando los viñedos y pasando por campos de olivos. Nos toparemos con una cerca, que tendremos que saltar a través de unas escaleras de madera. Nuestro camino continuará hasta que encontremos un cartel que nos indica que debemos desviarnos a nuestra derecha. Estamos en un lugar inhóspito, rodeados de roca caliza, olivos y carrizo. Poco a poco empezamos a descender e ir adentrándonos en el barranco. Tras una hora – hora y media aproximadamente, llegaremos a un estrechamiento que se puede flanquear por la izquierda. Nosotros decidimos ponernos ya los neoprenos aquí para poder realizar el primer salto. Continuamos con unos destrepes para llegar a una zona de cauce abierto. Nos tendremos que pelear con el carrizo hasta llegar ya al inicio del lapiaz, el cual es partido en dos por el barranco.
Aquí es donde empieza la parte más espectacular del descenso. El agua ha pulido el áspero, rugoso y cortante lapiaz, dejando auténticos toboganes naturales. Progresaremos por el barranco disfrutando de los saltos, las badinas y los toboganes. Casi todos los resaltes del barranco están equipados para remontarlo. El uso de la cuerda, siempre que te manejes correctamente con los destrepes y los toboganes, estará reservada para un impresionante rapel de 20 metros que ya te introduce en lo más profundo del barranco. Estamos llegando casi al final del barranco. Un rapel más y tendremos ante nuestros ojos una de las vistas más espectaculares y que hacen especial este barranco: el mar. Las vistas del agua turquesa chocando en los acantilados que nos rodean hacen una postal única. El descenso nos puede llevar entre una hora y dos.
De entre las distintas posibilidades para retornar, escogimos la que combina la escalada con el trekking. Antes del último destrepe camino del mar, a la derecha orográfica hay que hacer una pequeña trepada hasta llegar a un cable, el cual nos protegerá en nuestro ascenso.
Las vistas de los acantilados y del barranco que acabamos de descender son espectaculares desde esta perspectiva. Hay que tener cierta mañana en la escalada, que aunque no resulta difícil, puede llegar a pasos de IV+. Tras una primera parte donde podemos retornar al barranco por encima del rapel de 20 metros, continuamos los hitos trepando, pero sin ningún elemento asegurador. Alcanzamos una pequeña chimenea, la cual tiene instalada una cuerda que nos ayudará en nuestro progreso. Arriba, encontraremos un parabolt que nos servirá para proteger el paso al resto del equipo.
Último tramo de escalada equipada que nos dejará en la parte más alta del lapiaz. Ahora nos tocará progresar entre las cortantes y profundas acanaladuras que se han producido en la roca caliza y tan típicas en las regiones kársticas. Una vez superado esta última dificultad, salimos a terreno abierto en el que nos tocará navegar. El carrizo abunda en este retorno, el cual nos puede complicar mucho la vuelta. El tiempo que empleamos fue de casi cuatro horas desde que abandonamos el agua del barranco.
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