Nos encontramos sin duda ante una de las joyas que el pirineo nos ofrece, el barranco de la Foz de Fago constituye una de las maravillas que la naturaleza nos regala y para poder disfrutar de ella en todo su esplendor habrá que intentar hacerlo en la primavera que suele ser el momento óptimo para su descenso, antes de que acuse el estiaje y acabe secándose como por desgracia ocurre todos los veranos.

Es recomendable hacer una combinación de coches, dejando el primero a unos 6 kms pasado Majones en un ensanchamiento a mano derecha y el segundo 3 kms más adelante en dirección a la  población de Fago viniendo desde Majones, donde podremos aparcar justo tras cruzar el cauce del río. Desde aquí apenas en 5 minutos de aproximación nos encontraremos en el cauce del barranco para comenzar el descenso, que nos llevará unas 2h30´.

Su rapel más grande es de 20 mts pero el punto fuerte de este descenso no es su verticalidad, sino lo impresionante de sus aguas verde esmeralda, sus espectaculares formaciones de toba calcárea y puentes de roca, nos acompañaran a lo largo de todo el descenso, al igual que la gran variedad de saltos que encontraremos desde el primer momento.

El barranco comienza bastante abierto con gran entrada de luz, donde iremos progresando a través de aguas cristalinas e innumerables saltos, poco a poco las paredes irán ganando en verticalidad y la luz irá entrando de forma más débil, algunos rápeles y más saltos nos harán llegar al punto culminante del descenso, un rapel de 13 metros saltable (ojo muy técnico) directo al abismo de la oscuridad. Desde aquí un profundo pasillo que no acabará depositando en la gran sala del sifón, espectacular lugar que hará las delicias de los más atrevidos, que podrán bucear un profundo sifón a lo desconocido (precaución, es muy profundo y no se ve la salida), para los más humanos suele haber unas cuerdas fijas en bastante mal estado para ayudarnos a trepar y superar el sifón. 

Terminaremos con un bonito rapel de 13mts a partir del cual el barranco se abre, un tobogán y una pequeña progresión por el cauce nos llevaran primero por una senda y después a través de una pista de retorno al coche.