como elegir las botas de esquí
Continuamos con esta serie de reportajes para intentar ayudaros a comenzar la temporada de esquí de la mejor manera posible. Hoy vamos a ayudaros a elegir la bota de esquí que mejor se adapte a vuestras particularidades.
Para ello deberemos de tener en cuenta diferentes variables como el nivel técnico, las condiciones físicas, la talla, la horma y el sexo, también os hablaremos de la personalización de la bota a través del canting, ganchos, botines y de las carcasas termoformables.
Antes de comenzar y como consejo personal, recomendamos una buena hidratación del pie con cremas específicas y el uso de calcetines con el menor número de costuras y su correcta colocación sin arrugas.
SEXO:
Actualmente encontramos botas específicas para hombres o mujeres debido a las diferencias morfológicas entre ambos, sobre todo a la longitud del gemelo, lo que hace que generalmente la bota de hombre tenga la caña más alta que la de la mujer.
ÍNDICE DE FLEXIÓN:
Empezaremos hablando del índice de flexión de la bota (flex), que no es otra cosa que la resistencia de los materiales de la misma ante la flexión de tobillo o lo que es lo mismo, cuanta fuerza debemos hacer para doblar la bota hacia delante. Este flex viene determinado por tres factores fundamentalmente: nivel técnico, altura y peso.
Los niveles de esquí los podemos dividir en 4:
- Iniciación: Estoy dando mis primero pasos. Esquío por pistas verdes y azules y deslizo en cuña la mayor parte del tiempo. Bota principiante, blanda.
- Aprendizaje: Ya he cerrado la cuña y domino las pistas azules. Empiezo a atreverme con pistas rojas y ya giro con mis esquís en paralelo. Bota gama media.
- Sport: Comienzo a conducir el esquí sobre los cantos. Esquío por cualquier pista de la estación y me gusta salir fuera de pistas a nieve polvo aunque aún no domino esta técnica. Bota gama alta.
- Experto: Tengo nivel para esquiar en cualquier tipo de situación .
De forma general podríamos aplicar esta tabla para un esquiador medio.
Pero si queremos hilar más fino aplicando todos los factores que influyen en el flex, podremos aplicar la siguiente:
- Nivel de esquí iniciación. Flex = a tu peso
- Nivel de esquí aprendizaje. Flex + 10 de tu peso, siestas en buena forma.
- Nivel sport. Flex + 20 de tu peso
- Nivel experto. Estoy en buena forma. Puedes superar en 30 o + de tu peso el índice de flexión
TALLA (H):
Las tallas de las botas de esquí se rigen por el sistema mondopoint, que es la longitud en centímetros de nuestro pie. Una vez sabemos la longitud de nuestro pie recomendamos probarse las botas de forma correcta de la siguiente manera:
- Hay que probarse las botas con los mismos calcetines con los que luego se va a esquiar.
- De pie, comenzar a abrochar los ganchos desde abajo y comprobar que el pie queda bien sujeto, especialmente en el talón.
- Prestar atención a posibles zonas en las que la bota presiona demasiado, ya que tras varias horas de esquí el roce puede resultar muy doloroso e incómodo en esos puntos.
- Con el cuerpo erguido y las piernas rectas, comprobar que los dedos del pie tocan ligeramente la punta de la bota.
- Con las rodillas bien flexionadas, comprobar que los dedos del pie ya no tocan la puntera interior de la bota. En caso de que sigan tocando la punta, se necesita una talla más.
- Caminar un poco y prestar atención al talón, que no debe separarse de la plantilla interior.
HORMA (I):
Tenemos que saber que hay gran competencia por las numerosas marcas que comercializan botas en el mundo del esquí, y que cada una de ellas tienen anchuras de hormas diferentes, por eso podemos generalizar las anchuras en mm del botín del siguiente modo:
- 97-98mm estrecho
- 100mm normal
- 102-104mm ancho
Tenemos que ser conscientes de que una horma muy estrecha nos puede provocar una compresión de la zona de los dedos pudiendo generar adormecimiento de los dedos, dolor en zona de la almohadilla plantar o dolor en los Juanetes, además de fri
o, mientras que una horma demasiado ancha nos dará como resultado un ajuste deficiente con pérdida de eficacia en la transmisión del movimiento entre nuestro pie y el esquí y esto no solo afecta a nuestro rendimiento: también reduce las posibilidades de que la fijación libere eficazmente la bota en una caída.
Es importante recordar la siguiente premisa: mientras que en la gran mayoría de deportes puede llegar a ser recomendable llevar un número más de pie que el que nos corresponde, en el esquí es todo lo contrario, ya que esta opción puede llegar a
ser la diferencia entre una buena o mala elección.
Como puede suceder que aun teniendo en cuenta todos los factores anteriormente mencionados, no hayamos encontrado la bota perfecta para nuestro pie, hemos de saber que todavía tenemos la opción de la personalización:
CANTING:
De forma mecánica podrás variar el ángulo lateral de la caña en función de la pisada. Esta posibilidad será indicada para pronadores, supinadores severos o esquiadores con piernas arqueadas.
AJUSTE DEL ÁNGULO DE ATAQUE (FLEX).
Cuando aún no tenemos nuestras preferencias fijadas del todo, podemos variar mecánicamente el ángulo de la caña de la bota hacia delante y su dureza.
LOS GANCHOS.
El ajuste de los ganchos es más importante de lo que pensamos y nos servirá de indicador para ver si la bota es de la talla adecuada. Si necesitamos llevar los ganchos al máximo para que la bota nos ajuste bien, probablemente esta nos quede grande y viceversa. Lo ideal es que la bota nos ajuste bien sin la necesidad de apretar los ganchos, y que la función de estos sea la de evitar que la bota se abra si flexionamos el empeine sobre la caña. Normalmente es posible adelantar o retrasar la posición de los ganchos para adaptarse a los diferentes diámetros de tobillo y gemelo (gancho macrométrico) y también un ajuste fino girándose sobre si mismos (gancho micrométrico).
BOTINES Y CARCASAS TERMOFORMABLES.
Actualmente casi todos los modelos de bota tienen botines termoformables a través de calor y presión, lo que convertirá a nuestra bota en única para nuestro pie, transmitiéndonos mayor comodidad y mayor control del esquí.
Hemos de tener claro que el termoformado de la carcasa es una opción más de personalización de nuestra bota, pero en ningún caso será la primera medida a adoptar, sino la última, ya que si hacemos hincapié en todos los pasos anteriores es bastante probable que no necesitemos llegar a este último.